Día de El Morya

From TSL Encyclopedia
This page is a translated version of the page El Morya’s Day and the translation is 97% complete.
Other languages:

El día cuatro de cada mes celebramos el día de El Morya. En este período de 24 horas, de la medianoche a la siguiente medianoche, damos nuestras devociones a El Morya. El maestro ha dicho:

Estoy dispuesto a colocarme en cualquier ciudad a la que me llamen y donde haya un quórum de corazones, que no tenga en cuenta la cantidad, sino la calidad del corazón. Sin embargo, debe haber por lo menos dos o tres que se ofrezcan.

Durante esta vigilia de 24 horas, únanse a los Guardianes de la Llama locales para maximizar sus llamados. Utilicen la grabación de decretos de El Morya, Señor del Primer Rayo, así como el Ritual 3 del Ashram: Ritual Sagrado para armonizarse con la sagrada Voluntad de Dios y la grabación del rosario que celebra los Misterios gozosos del primer rayo. El Maha Chohan solicita que demos el Rosario de la Entrega una vez al mes durante el día de El Morya. Pongan un dictado de El Morya durante la vigilia.

Un testimonio de la intercesión de El Morya

Los Guardianes de la Llama en Nueva York escribieron un testimonio de la intercesión de El Morya en su ciudad en 1993:

La muerte violenta se toma unas vacaciones en la ciudad de Nueva York
Felicitaciones de El Morya y sus Chelas

Fue «sin precedentes», informó el periódico New York Newsday en su artículo: «La muerte violenta se toma unas vacaciones», que apareció en la edición del sábado 6 de febrero de 1993. Entre las 7:00 a. m. del jueves 4 de febrero y las 7:00 a. m. del viernes 5 de febrero de 1993, la policía de la ciudad de Nueva York no recibió información sobre delitos importantes. La ciudad tuvo un descanso de 24 horas de asesinatos, violencia y caos.

El redactor del Newsday, Wendell Jamieson, escribió:

El caos se tomó unas vacaciones de 24 horas esta semana.

En una calma sin precedentes de asesinatos, violencia y caos, no se informaron delitos importantes a la policía entre las 7 a. m. del jueves y las 7 a. m. de ayer.

En una ciudad con cinco o seis homicidios diarios, el hecho de que los 7 millones trescientos mil neoyorquinos al parecer sobrevivieran ilesos un día y una noche sorprendió al menos a un policía veterano.

«Esto es muy poco frecuente durante un período de 24 horas», dijo el detective Joseph McConville, un portavoz que registra la cantidad de muertes y destrucción de la ciudad para los medios de comunicación. «No sé por qué todos fueron buenos. No recuerdo haber visto esto en 25 años».

Todas las mañanas, la unidad de operaciones del Departamento de Policía de la ciudad publica un listado de los casos principales, en el que enumera todos los delitos graves de las últimas 24 horas. La lista, que a menudo ocupa dos páginas, proporciona los detalles básicos de homicidios, tiroteos graves, apuñalamientos con amenazas de vida, robos a bancos, incendios fatales, suspensiones de empleados del Departamento de Policía y otras irregularidades.

La hoja de ayer, número 35 de 1993, decía solamente: «SIN INCIDENTES PARA INFORMAR».

Eso dejó a los representantes de la policía en la oficina de información pública del departamento sin mucho trabajo que hacer. La hora exacta en que se rompió el hechizo de silencio se dará a conocer cuando se publique hoy la próxima lista de casos principales.

McConville solo tenía una razón posible para la falta de delitos durante todo el día y teorizaba: «Tal vez todos encontraron la religión».

Para la Guardiana de la Llama que escuchó por primera vez esta estadística de crímenes en el canal 11 de noticias el sábado por la noche, no había ningún misterio en la razón de lo que había sucedido. Ella sabía quién había sido el visitante más Ilustre de Nueva York el día 4 de febrero, nuestro amado El Moyra, quien había cumplido su promesa de seguir los pasos de Omri-Tas.

En su dictado del 13 de diciembre de 1992, El Morya había anunciado a los Guardianes de la Llama:

Quiero... hablaros, entonces, acerca de mi deseo de salvar las ciudades. Escuchasteis mi dictado desde Nueva York, [el 4 de octubre de 1992] en el que afirmé que colocaría mi Presencia Electrónica allí, por toda esa ciudad, durante treinta y tres días para que los Guardianes de la Llama en el área metropolitana pudieran darme sus llamados perpetuos y pudiéramos ver si puedo quedarme en aquella ciudad.

Bueno, amados, estos Guardianes de la Llama en la gran área metropolitana se unieron y realizaron un poderoso servicio. Y durante este período, también establecieron su propio foco para su Centro de Enseñanza, con el fin de que la Mensajera pudiera volver a ingresar a la ciudad. Sí, realizaron un excelente servicio de decretos, pero no tienen la cantidad suficiente. De hecho, no son suficientes para retenerme allí todos los días del año.

Por lo tanto, hice mi compromiso con ellos, y lo hago en el día de hoy, de que estaré en Nueva York el día cuatro de cada mes y vendré después del amado Omri-Tas. Así, veremos en qué puedo trabajar para esa ciudad con los Guardianes de la Llama de la zona. [Cuento con ellos, con todos y cada uno, para mantener una vigilia gloriosa cada día cuatro. ¿No os uniréis a ellos y a mí?]

También os hice saber en ese momento, amados, que [colocaría mi Presencia en cualquier ciudad] si un grupo de chelas se dedicara a mí y diese mis decretos [del rayo azul que están grabados] en las cuatro cintas de El Morya y cantara mis canciones como un rosario...

Por lo tanto, recordad, dondequiera que estéis, donde sea que esté vuestra ciudad o aldea, donde sea que esté vuestro grupo de Guardianes de la Llama, si me solicitáis, si me pedís que coloque mi Presencia Electrónica con vosotros, estaré allí, permaneceré y me quedaré, según la cantidad que haya y de acuerdo con la luz que invoquéis...

Puedo colocar mi Presencia Electrónica en todas las ciudades. Y cuando lo hago, coloco esa Presencia Electrónica una, otra y otra vez para que podáis ver literalmente diez mil o diez millones de Moryas de pie en el territorio, en los límites de la ciudad, mientras sostiene la llama [de la voluntad de Dios para ese ciudad y sus portadores de Luz].[1]

En respuesta a esta enorme dispensación, nosotros, los estudiantes de El Morya en el Centro de Enseñanza Comunitaria de la Ciudad de Nueva York, nos reunimos para celebrar la venida del Maestro. Además de dedicar el tercer día de cada mes a la Llama violeta de Omri-Tas, ahora también dedicamos el cuarto día de cada mes a una vigilia de oraciones, decretos, canciones y rosarios a nuestro amado El Morya.

La alquimia para el milagro del 4 de febrero realmente comenzó a las 12:00 a. m. del miércoles 3 de febrero, cuando los Guardianes de la Llama comenzaron a llegar en turnos a nuestro nuevo centro para mantener la vigilia de Omri-Tas. Los decretos y canciones de la llama violeta continuaron sin cesar a lo largo de las siguientes 24 horas.

A las 00:00 horas del día cuatro se inició la vigilia de El Morya. Varios Guardianes que estaban presentes decretaron y cantaron con las cuatro cintas de El Morya y del cassette de canciones de Hail to the Chief (Salve al Jefe). Ofrecieron invocaciones específicas para la limpieza de la ciudad y también dieron el Rosario al Arcángel Miguel. A las 6:00 am llegaron refuerzos. Algunos no pudieron acudir al centro, por lo que decretaron en sus hogares.

Durante el día, los Guardianes locales continuaron llegando y se unieron en sus devociones a la voluntad de Dios. Un número considerable vino a la noche para un servicio especial desde las 7:00 p.m. hasta la medianoche, a pesar de que muchos tenían que viajar largas distancias en subterráneos, famosos por su peligrosidad. Este broche de oro con ardientes decretos fue nuestra declaración final de confianza a El Morya en su poder para salvar la ciudad y rescatar a los portadores de Luz.

Nosotros los Guardianes de la Llama de Nueva York sentimos mucha gratitud en nuestro corazón por la expresión tangible de su presencia: el 4 de febrero de 1993 es un día que siempre recordaremos. No solo sentimos la presencia de El Morya en la ciudad, sino que muchos de nosotros sentimos su intercesión directa en nuestra vida personal.

Con el amado El Morya, deseamos alentar a los Guardianes de todo el mundo a que se unan para salvar las ciudades. Como dijo nuestro amado Maestro en su dictado del 13 de diciembre:

[Si no hay una cantidad suficiente en vuestra ciudad para mantenerme allí todo el tiempo,] es posible que pueda venir a vosotros un día al mes. Os lo comunicaré si escribís a la Mensajera y la mantenéis informada sobre los[decretos] que estáis haciendo, qué está sucediendo en vuestra ciudad [con participación de la comunidad] y quién está decretando.

Aceptad el ofrecimiento, amados. Porque sé que las ciudades deben salvarse si las naciones han de salvarse, porque ¿qué son las naciones sin ciudades?

Véase también

Día de Omri-Tas y Saint Germain

Notas

Elizabeth Clare Prophet, 26 de abril de 1993.

Holy Days Calendar 1994.

“I AM the Witness,” Жемчужины мудрости, том 36, номер 5, 31 de enero de 1993

  1. Жемчужины мудрости, том 35, номер 68