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Cada amado hijo e hija engendrados por el Dios Padre-Madre está acompañado de un '''Vigilante Silencioso''' que protege la llama del Ojo Omnividente, que alimenta y expande la matriz de su destino, esa parte de la Deidad que ha de establecerse en la [[Special:MyLanguage/Divine Monad|Mónada]], primero como causa en el Espíritu y luego como efecto en la Materia. | Cada amado hijo e hija engendrados por el Dios Padre-Madre está acompañado de un '''Vigilante Silencioso''' que protege la llama del Ojo Omnividente, que alimenta y expande la matriz de su destino, esa parte de la Deidad que ha de establecerse en la [[Special:MyLanguage/Divine Monad|Mónada]], primero como causa en el Espíritu y luego como efecto en la Materia. | ||
Allá donde trabajen en el cosmos, los Vigilantes Silenciosos sostienen la red del antahkarana cósmico. Como columnas de fuego, permanecen en los Templos del Sol, imanes de perfección, espejos de Verdad Cósmica. Hilos de filigrana de luz conectados con las energías de su servicio, creando líneas de fuerza que sostienen galaxias en órbita alrededor del centro del Ser de Dios. | Allá donde trabajen en el [[Special:MyLanguage/Cosmos|cosmos]], los Vigilantes Silenciosos sostienen la red del antahkarana cósmico. Como columnas de fuego, permanecen en los Templos del Sol, imanes de perfección, espejos de Verdad Cósmica. Hilos de filigrana de luz conectados con las energías de su servicio, creando líneas de fuerza que sostienen galaxias en órbita alrededor del centro del Ser de Dios. | ||
No es la fuerza de gravedad, que es la explicación del hombre para esta atracción entre cuerpos celestiales, sino el magnetismo del Espíritu Santo —el intenso amor del plan del Creador sostenido en el corazón de los Vigilantes Silenciosos— lo que mantiene a los flamígeros hijos e hijas de Dios en sus rondas asignadas. | No es la fuerza de gravedad, que es la explicación del hombre para esta atracción entre cuerpos celestiales, sino el magnetismo del Espíritu Santo —el intenso amor del plan del Creador sostenido en el corazón de los Vigilantes Silenciosos— lo que mantiene a los flamígeros hijos e hijas de Dios en sus rondas asignadas. | ||