Zadquiel y Santa Amatista

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Abraham sacrificando a Isaac, Laurent de La Hyre (1650)

Zadquiel es el arcángel del séptimo rayo. El Arcángel Zadquiel y Santa Amatista encarnan la libertad, alquimia, transmutación, el perdón y la justicia de Dios, las mismísimas cualidades encarnadas por Saint Germain y su llama gemela, la Maestra Lady Porcia. Su trabajo tiene correspondencia con el chakra de la sede del alma, y su color es el violeta. El día del séptimo rayo es el sábado, lo cual significa que podemos recibir una mayor emisión de luz, energía y conciencia cósmica desde los cuerpos causales de Zadquiel y Santa Amatista ese día.

En su retiro, el Arcángel Zadquiel prepara a los hijos de Dios para llegar a ser sacerdotes y sacerdotisas de la Orden de Melquisedec. En los tiempos de la Atlántida, tanto Jesús como Saint Germain estudiaron en el retiro de Zadquiel, y éste ungió a ambos aceptándolos en este sacerdocio.

El nombre de Zadquiel significa "justicia de Dios". En la tradición rabínica, Zadquiel es conocido como el ángel de la benevolencia, la misericordia y la memoria. En algunas tradiciones él fue el ángel que detuvo la mano de Abraham cuando éste iba a sacrificar a su hijo Isaac. Santa Amatista, el complemento divino de Zadquiel, fue uno de los ángeles que atendieron las necesidades de Jesús en el Huerto de Getsemaní.

El uso del séptimo rayo

Zadquiel y Santa Amatista están aquí con un fin: ayudarnos a que consigamos nuestra libertad individual de forma que cuando seamos libres, podamos liberar nuestros hogares, nuestras ciudades, nuestros países, nuestro planeta. El obstáculo principal a nuestra libertad es nuestro karma negativo. Podemos transmutar nuestro karma negativo con los decretos a la llama violeta. También podemos transmutarlo enviando amor divino y amor compasivamente humano, e invocando la ley de la misericordia y el perdón.

El Arcángel Zadquiel describe lo que él y las huestes ascendidas ven cuando un devoto de Dios invoca el fuego sagrado de la llama violeta.

Vemos desde los niveles internos el enorme esfuerzo que hacéis para transmutar las capas y más capas de karma en que habéis incurrido en esta vida y en vidas pasadas. Lo que observamos es algo realmente maravilloso. En un momento dado os encontráis rodeados de toda clase de pensamientos negativos dando vueltas en vuestra aura. ¡Al momento siguiente tomáis la decisión de invocar la llama violeta!

Y ¡he aquí!, el gran poder del séptimo rayo, como un gigantesco electrodo de energía cósmica, se comienza a formar alrededor de vuestra persona. Los ángeles de llama violeta se reúnen a vuestro alrededor. Con las palmas de las manos extendidas, dirigen un arco de fuego violeta que atraviesa vuestros cuatro cuerpos inferiores y vuestra aura. Cuando el arco destella por vuestro ser, vaporiza las condiciones negativas, ¡desapareciendo literalmente de vuestro corazón y de vuestra mente![1]

Zadquiel se refiere a la llama violeta como el disolvente universal que los alquimistas han buscado en todas las épocas. [2] Él dice:

Poseo en mi corazón los secretos de la alquimia. Invocadlos si queréis. Y os los entregaré como respuesta a vuestro llamado.[3]

La llama violeta también nos puede dar fuerzas físicas, Zadquiel y Santa Amatista nos dicen lo siguiente:

¿Por qué habríais de esperar a que la vela de la vida se vaya apagando? Podéis recargar vuestro cuerpo con la llama violeta. ¿Creéis que Dios es incapaz de vitalizar los átomos, las moléculas, y las células de vuestro cuerpo? ¡Él puede inundarlas de fuego violeta y daros el brillo de la juventud eterna![4]

Saint Germain nos dice que la alegría es el motor de la vida, y que la llama violeta es el combustible. El perdón y la misericordia son cualidades de esa llama. Para recibir el mayor beneficio de su poder de transmutación, es importante enviar la llama violeta a todos aquellos con quienes hayamos sido injustos, retrotrayéndonos tanto como podamos recordar en esta vida. Y si usted no sabe dónde se encuentra la persona, escríbale una carta, pídale perdón y luego queme la carta. También debe dar la llama violeta a todos los que hayan sido injustos con usted, de forma que el perdón vaya en los dos sentidos. Después, despréndase de la causa, el efecto, el registro y la memoria de esos dolores y esas aflicciones, e invoque la ley del perdón.

La llama violeta puede crear milagros

Los ángeles pueden crear milagros en nuestra vida, pero nosotros debemos llamarlos a que actúen en ese sentido.

Zadquiel explica que de acuerdo con la ley cósmica, los ángeles no pueden interceder en los asuntos de los hombres a menos que la gente les ofrezca oraciones y les dé tareas concretas. En este momento hay ángeles esperando sus instrucciones. Esta ley se basa en el reconocimiento por parte de nuestro Dios Padre/Madre del libre albedrío. A no ser que usted pida a Dios que interceda por usted, él, debido a su propio decreto, no quiere quebrantar esa alianza de libre albedrío y entrar en su vida sin ser invitado y no lo hará.

Zadquiel nos dice:

Cuando invocáis la luz de nuestras legiones de llama violeta, sabed que millones de ángeles del séptimo rayo responden a vuestro llamado inmediatamente. Todos los días vemos la subida, la caída y la mengua de la marea del karma del mundo cuando los Guardianes de la Llama de todo el mundo invocan la llama violeta y, por tanto, mitigan los efectos del karma de las masas. [5]

¿Cómo podemos ser eficaces al crear milagros para cambiar las condiciones del mundo?

Las legiones de luz de la llama violeta son guerreros del Espíritu que pueden afrontar cualquier condición del planeta Tierra. Somos los refuerzos...más cercanos a la octava física porque la llama violeta es la llama más física.[6]

En segundo lugar, sea específico. El Arcángel Zadquiel y Santa Amatista nos dicen:

El mundo está lleno de muchas injusticias. Examinad el panorama mundial y determinad por qué causas merece la pena luchar. Elegid una o dos, y luego trabajad en ellas sin descanso con los decretos de llama violeta, con meditaciones involucrándonos activamente para aliviar las cargas de vuestras ciudades. Uníos a otras personas para hacer decretos de llama violeta con el fin de salvar nuestra civilización.[7]

Como respuesta a vuestro llamado, enviamos misiles de llama violeta para salvar al planeta Tierra. Escuchad bien, ¡con Dios todas las cosas son posibles![8]

En tercer lugar

Los santos encarnados deben afianzar la intercesión divina en la Tierra mediante la saturación de sus auras con la llama violeta. Esta es la forma de marcar la diferencia para cambiar la profecía negativa en profecía positiva para el mundo.[9]

El Señor Maitreya nos dice que los milagros son la alquimia del rayo violeta y el don de Saint Germain. El impulso de la llama violeta que acumuláis en el aura a medida que decretáis, día tras día, sin falta, os dará la capacidad de construir un almacén de llama violeta que estará a vuestra disposición en los momentos de emergencia, justamente cuando necesitéis un milagro. Cuantas veces os habéis oído decir o habéis oído decir a otra persona: "¡Dios mío, ahora necesito realmente un milagro!"

Un milagro es la transmutación repentina. Y la transmutación repentina tiene lugar porque alguien en el universo ha reunido suficiente luz, suficiente llama violeta para inyectar un impulso acumulado tal, un cociente de energía tal que la llama violeta aplicada a un problema específico provoca el cambio instantáneo en el plano etérico, el plano mental, el plano emocional y el plano físico.

La última clave que nos da Zadquiel es que nos involucremos.

La puerta abierta hacia la luz en la octava física sois vosotros...es el poder de la Palabra hablada para protestar, manifestarse, decretar. Rezad ante el altar y después id a defender vuestra postura en todos los ámbitos de la vida en los que la vida se vea amenazada. Vosotros sois la puerta abierta a la seguridad y la salvación en la Tierra.[10]

El cristal amatista

Artículo principal: Amatista (piedra preciosa)

Mediante el cristal de amatista, la llama gemela del Señor Zadquiel concentra el aspecto materno de la libertad para las evoluciones de este planeta. Todos los que prestan servicio en el séptimo rayo y sus devotos llevan sobre sí la amatista. Todas las joyas son en realidad precipitaciones o condensaciones de la llama que esa joya concentra. Así, la amatista es el foco de la llama de la libertad, y las joyas que han sido consagradas por los portadores de luz contienen en el centro una réplica de la llama que representan.

Retiro

Artículo principal: Templo de la Purificación

Junto con su llama gemela, Santa Amatista, y los ángeles de la llama violeta, presta servicio a la humanidad desde el Templo de la Purificación. Este templo, que una vez fue físico, se encuentra actualmente en el retiro etérico sobre la isla de Cuba. Sacerdotes del fuego sagrado de la Atlántida recibieron su preparación en la orden del Señor Zadquiel allí, y su servicio a la vida atrajo el impulso acumulado que evitó que la isla se hundiera.

La nota clave musical de Santa Amatista es "El bello Danubio azul", de Johann Strauss.

Notas

Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, Los Maestros y sus Retiros, Volumen 2, “Zadquiel y Santa Amatista”.

  1. Arcángel Zadquiel, 31 de diciembre de 1968, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  2. La alquimia era una ciencia medieval. Los primeros alquimistas querían transmutar los metales base en oro y descubrir una cura universal para la enfermedad así como un medio de extender la vida. En un sentido más amplio, la alquimia se define como "un poder o proceso de transformación de algo común en algo especial" o "una transmutación inexplicable o misteriosa". La alquimia es la ciencia de la autotransformación.
  3. Arcángel Zadquiel,30 de diciembre de 1980, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  4. Santa Amatista, 31 de diciembre de 1960, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  5. Arcángel Zadquiel, 6 de octubre de 1987, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  6. Arcángel Zadquiel, Perlas de Sabiduría, vol. 32, núm. 17, 23 de abril de 1989.
  7. Arcángel Zadquiel y Santa Amatista, "Recipientes de libertad", 30 de diciembre de 1974, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  8. Arcángel Zadquiel, 24 de marzo de 1989, citado por Elizabeth Clare Prophet, "Las profecías de Saint Germain para la era de Acuario", 2 de marzo de 1996.
  9. Ibid.
  10. Arcángel Zadquiel, "La llama violeta como mi regalo", Perlas de Sabiduría, vol. 30, núm. 58, 27 de noviembre de 1987.